miércoles, 28 de enero de 2009

Los pecados capitales

Padre, he pecado - le dije con temor y verguenza.

Bueno hijo, dime qué pecado has cometido - me respondió con una sonrisa inundada de esperanza y paz.

Perdón , pero no es un pecado solo en realidad, desde mi ultima confesión hasta la fecha cometí TODOS los pecados capitales.

Tranforme mi deseo sexual en una adicción, una LUJURIA que no pude controlar. Todo por querer escapar de un problema, recurrí a esto, que no fue la respuesta y al final de cuentas, me hizo más daño aún.
Bebí descontroladamente, creyendo que el alcohol haría desaparecer mis miedos, dandome la fortaleza para animarme a hacer todas aquellas cosas que no puedo cuando estoy conciente. Quise perderme de esta realidad. Porque muchas veces llego a detestarla. Y ahora veo La GULA desparramada por el piso. Muchas botellas vacías y un recuerdo, varios recuerdos que me lastiman irremediablemente.
Fui MEZQUINO, con mi hermano. Necesitó mi ayuda y se la negué por estar enganchando con cosas que ahora comprendo que son invisibles, ínfimas al lado de lo que él estaba transitando. Cómo le pude negar ayuda a mi hermano? Realmente estuve muy mal. Le fallé, y ahora no puedo mirarlo a la cara.
Perdí una semanas de mi vida acostado. Sin hacer nada. Quería descansar de la rutina del trabajo y no tuve mejor idea que alejarme del mundo y tirarme bajo el sol sin hacer nada, sin responder mensajes; haciendo de cuenta que el mundo había dejado de existir. Y quizás en esa semana alguién me necesitó y no le respondí las llamadas, mejor dicho apagué el celular para hacer de cuenta que no las recibía. La PEREZA me tentó y le vendí una semana de mi vida.
Antes de ir a trabajar, en una esquina estuve a punto de cometer un accidente por un descuido. Por hablar por el teléfono celular cuando debía prestar atención al camino. Y no sólo le heche la culpa al otro conductor sino que además lo insulté y si un par de personas no me hubieran frenado, la situación llegaba a la violencia. La IRA y la SOBERBIA me recorren el cuerpo.
Y además, al insultarlo le dije cosas producto a mi ENVIDIA por su maravilloso auto, sin darme cuenta que lo material son bienes que con el tiempo se pierden y que la felicidad ronda en otras cosas aún más maravillosas que no se pueden comprar con dinero como por ejemplo los amigos. Si algún día encuentro a ese hombre nuevamente, le debo una gran disculpa. Estuve muy mal.


[...]

Lo importante es que hayas comprendido que las cosas que hiciste fueron dañinas y que no estuvieron para nada bien. El saber pedir perdón, el darse cuenta de los errores es la base para tener un buen comienzo nuevamente.

Sí lo sé, le dije con la cabeza escondida entre el cuerpo, mirando hacia el suelo. Pero tengo un pecado más para confesar. El más grave desde mi punto de vista.

¿Un pecado más? me preguntó sorprendido sabiendo que los Pecados Capitales son 7 ... Nunca esperó ni imaginó las palabras que salieron de mis labios. Nunca pensó que mi problema, mi desviación del camino, mi mutación a una oveja negra había sido por este PECADO.

Sí, uno más...


AMÉ ; AMÉ con todo mi ser.

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